Errores comunes al instalar iluminación ATEX.
La seguridad en entornos industriales no depende solo de equipos robustos, sino de cómo se instalan. Una iluminación ATEX mal instalada es como poner un candado en la puerta equivocada: parece que protege, pero en realidad deja el riesgo abierto de par en par.
En zonas con gases, vapores o polvos inflamables, un solo error puede tener consecuencias irreversibles. Una luminaria mal colocada o un accesorio inadecuado pueden transformarse en la chispa que encienda una catástrofe. Y lo peor es que muchos de estos errores se repiten, una y otra vez, por falta de información o prisas en la instalación.
La buena noticia es que conocer los fallos más usuales y sus soluciones te da ventaja: puedes anticiparte, corregirlos y garantizar que tus equipos ATEX funcionen con total seguridad.
1. No verificar la certificación ATEX del equipo.
Un error frecuente es instalar luminarias estándar creyendo que “sirven igual”. Es como usar un paraguas de papel bajo una tormenta: a simple vista parece útil, pero al primer contacto con la realidad se desmorona.
✅ Solución: siempre comprobar que la iluminación ATEX cuenta con certificaciones ATEX/IECEx y está diseñada para la zona de riesgo específica.
Una planta logística instaló luminarias industriales convencionales en un almacén con vapores inflamables. Durante una inspección, se detectó que no cumplían normativa y fue necesario sustituirlas, con un coste doble: económico y de tiempo perdido.
2. Usar materiales no compatibles.
Cables, conectores o soportes que no son ATEX pueden parecer un ahorro, pero en realidad son grietas invisibles en la seguridad. Es como construir una casa con buenos muros y poner ventanas de cartón: tarde o temprano ceden.
✅ Solución: emplear siempre accesorios y equipos ATEX diseñados para entornos explosivos.
En una planta de hidrógeno, se utilizaron abrazaderas metálicas no certificadas para fijar las luminarias. Con el tiempo, la corrosión redujo la estanqueidad del sistema, elevando el riesgo de chispas en un área crítica.
3. Ignorar el mantenimiento preventivo.
Una instalación perfecta puede fallar si se olvida el mantenimiento. Es como tener un coche de lujo y nunca cambiarle el aceite: funcionará bien al inicio, pero tarde o temprano se detendrá en el peor momento.
✅ Solución: diseñar un plan de mantenimiento ATEX con revisiones periódicas, limpieza y sustitución preventiva de piezas.
Una empresa minera instaló luminarias ATEX correctamente, pero nunca realizó inspecciones. Al cabo de dos años, el polvo acumulado afectó la disipación del calor y varias lámparas se fundieron, obligando a parar la producción.
4. Colocación incorrecta de luminarias.
Colocar luminarias demasiado cerca de fuentes de calor o en posiciones inadecuadas es como intentar iluminar una habitación colocando la lámpara detrás de un armario: la luz existe, pero no cumple su función.
✅ Solución: seguir las guías del fabricante y la normativa ATEX para ubicación, altura y distancias de seguridad.
En una refinería, varias luminarias se instalaron en zonas con poca ventilación. El exceso de calor redujo su vida útil a la mitad, generando gastos innecesarios y riesgos por fallos eléctricos.
5. Desestimar la formación del personal.
El mejor sistema falla si quienes lo instalan o mantienen no saben cómo hacerlo. Es como darle un avión a alguien que solo ha conducido una bicicleta: la herramienta es excelente, pero sin preparación puede ser fatal.
✅ Solución: invertir en formación específica sobre normativa ATEX y protocolos de instalación y mantenimiento.
Un equipo técnico sin formación adecuada colocó luminarias con juntas mal selladas en una fábrica química. Aunque el error no fue visible al inicio, en una auditoría se descubrió que varias instalaciones incumplían normativa, lo que obligó a rehacer todo el trabajo.
Por lo tanto.
La iluminación ATEX no solo ilumina, protege. Evitar errores en la instalación es asegurar operaciones sin riesgos, ahorrar costes a largo plazo y cumplir con normativas estrictas.
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